Cuando llegué a Japón en el 2002 una de las primeras cosas que hice fue comprarme este móvil Casio,
Por aquel entonces en Barcelona lo que más se veía eran Motorolas, y algún Nokia con el Snake. Creo que el Casio ese me costó 10.000 yens (~85 euros), pero era muy normal conseguir terminales "gratis" (atados a un contrato de al menos de un año). Era sorprendente la cantidad de móviles que había y a la velocidad a la que sacaban nuevos modelos, con mp3, con sintonizador de televisión, etc.
Fomentaban el "reciclaje" para que te compraras un móvil nuevo cada año. Cuando llevé mis móviles a "reciclar", les hicieron un agujero con una máquina y fueron a una bolsa. Nunca me ha quedado claro qué hacen con ellos.
La cultura del usar y tirar es producto de la sociedad de consumo, el motor económico de la sociedad en la que vivimos. No es exclusivo de la tecnología. Si mi pareja me ve cosiendo un calcetín, me dice que no pierda el tiempo, que tire los calcetines y me compre otros. Y la verdad es que tiene razón. Pero hay cosas que me cuestan más de tirar: pantalones o camisetas antiguas que siguen como nuevas, los Blu-ray de Battle Star Galáctica, o el Amiga 600.
La cultura del usar y tirar creo que va un poco con la cultura de renovación del Japón. En Europa nos preocupa el conservar una iglesia o catedral intactas por los siglos de los siglos, pero en Japón si un templo de madera se desmorona, se vuelve a construir y pintar, y no pasa nada. Creo haber leído que dicha cultura es influencia de los terremotos que han sufrido y sufren en el archipiélago japonés. Así que quizá eso de tirar los móviles cada año "pega" más en Japón, pero en Europa es más bien un invento reciente. En Japón también existe la cultura del "mottainai" ("vaya desperdicio!"), de aprovechar las cosas, pero no es directamente incompatible con la cultura de la renovación.
Volviendo al tema de los móviles, cuando empezaron a llegar a Japón los "smartphones" fue una época de confusión para los usuarios. De repente, las operadoras de telefonía pasaron de pedir 0 yen por un móvil a pedir 50.000. No estaba tan claro que los usuarios se fueran a cambiar de móvil cada año a ese precio. Muchos se quedaron con sus "garakei" (móviles como el Casio de arriba, que se pliegan), algunos se pasaron a smartphone, y algunos hoy en día optan por soluciones híbridas: tener un "garakei" para llamar por teléfono, y un smartphone o tablet con WiFi para acceder a Internet.
Todas las compañías de hardware japonesas que ya hacían teléfonos se pasaron a smartphone, abandonando un sistema operativo real-time super estable nacido en Japón, el ITRON, y pasándose a un invento de occidente, Android. La incertidumbre y el precio hacían necesario algo más para cuajar: los "loyal customers". Los contratos para atarte a una compañía ya empezaban a ser de 2 años, y así te subvencionaban tu smartphone algo más. Pero Softbank hizo el mejor movimiento: introducir el iPhone en Japón. Creo que el primero fue el iPhone 4. Eso trajo a legiones de seguidores acérrimos, que ya puestos a comprar un smartphone, compraban un Apple porque "sabían" lo que estaban comprando.
Apple tenía la exclusividad con Softbank, así que los "leales" a otra compañías teníamos que comprar lo que nos ofrecieran. Con la salida del iPhone 4S y la pantalla retina, Sharp, por ejemplo, hizo casi un clon de ese teléfono, el Sharp IS03. Yo caí y fue mi primer smartphone. Este era mi teléfono antes de comprar el IS03, otro Casio (super resistentes!),
En un principio, me dejó buena impresión. Aquí está la review que hice entonces,
A los pocos meses descubrí la "estafa". Me gasté una pasta, y ahora estaba atado por dos años a un teléfono que se quedaba sin batería después de 3 fotos (mi Casio A5406 me podía durar una semana sin cargar, haciendo fotos y todo), y para el que a los 6 meses ya no habría ninguna actualización de software. Además, bloqueado y sin posibilidad de desbloquear, como era normal en Japón (ahí sigue en el armario...). En comparación, el iPhone 4S ha recibido updates hasta hace poco y mucha gente lo sigue usando. Los usuarios que lo siguen usando, se quejan de problemas de batería, pero después de unos años, no después de comprarlo, como el Sharp...
Pero Apple existe en la misma sociedad que el resto de compañías, y sabiendo que tienen una legión de seguidores, sus accionistas pueden intentar apretar al máximo para sacar más beneficio, i.e. sacar un nuevo móvil al año inflado de precio, y hacerte creer que lo necesitas. Esto lo quieren hacer todas las compañías, pero sólo se lo pueden permitir aquellas con suficiente volumen de fans (Sony, Apple, Samsung...)
Saltando al tema de ordenadores portátiles, que parece que es otro producto de "usar y tirar", mi primer laptop fue un Fujitsu Loox. Muy resistente pero el software al cabo de un par de años iba más lento que la carga de cassette de un Commodore 64. Después me compré el primer Intel Macbook. Nunca me había gustado el hardware de Apple (le tenía manía desde la época de Amiga), pero había estado usando un MacMini en la oficina y me enamoré de OS X (era como un Linux, pero más optimizado y fácil de usar), así que di el paso a Apple. Efectivamente mis sospechas eran fundadas y el hardware era una castaña. Pero me sorprendió lo bueno que era el soporte en la Apple Store (mis anteriores experiencias con Fujitsu y Microsoft habían sido: "nosotros los lavamos las manos, como Poncio Pilato"). Aún así, caí de nuevo y me pasé al primer MacBook Air (el más barato). Algo mejor, pero se calentaba más que una central nuclear. A finales del 2012 parece que di en el clavo con el MacBook Pro Retina. Todavía lo uso, es mi único ordenador, y espero que por lo menos me dure unos 4 años más. Las actualizaciones del sistema operativo no lo han hecho más lento (ya me he puesto el macOS Sierra), y los ventiladores sólo los habré escuchado en un par de ocasiones. En comparación, el Toshiba Dynabook de hace un par de años de mi pareja hace el mismo ruido que un avión cuando despega, el Windows 10 tarda varios minutos en arrancar, y para abrir Chrome necesita otro par de minutos. Cuando escribe algo, tiene que esperar unos segundos a que aparezca por pantalla, y, en fin, me hace perder la paciencia hasta a mi.
Ahora ha salido un nuevo MacBook Pro, y Apple se ha inventado la pijada del panel táctil sobre el teclado para inflar el precio, y satisfacer a accionistas y fans por igual. Yo la verdad es que ni he mirado las especificaciones de hardware porque ahora mismo no necesito ningún ordenador. Yo creo que Apple intenta hacer las cosas bien de vez en cuando, por eso muchos usuarios estamos satisfechos, y que a la vez se aprovechan de esa confianza ganada para "venderte la moto". Y a veces, se centran tanto en "vender la moto" que descuidan la calidad (hardware no tan bueno como esperabas, bugs en el software que se hubieran podido descubrir con un par de "unit tests" ...)
Queda el consuelo de que estamos en "mercado libre" y que hay más alternativas donde escoger. Pero la realidad es que sólo las grandes compañías se pueden permitir hacer grandes inversiones en desarrollo, y que esas grandes compañías, precisamente al mover tanto capital, tienen una presión del mercado enorme que las lleva a todas a intentar "meterte" su producto como sea. Apple, por la gran legión de fans, como he mencionado antes, quizá se puede "columpiar" más, pero también hay mucha gente que tiene a Apple de referente y la mira con ojo muy crítico.
El tema es complejo porque la culpa y las gracias son del capitalismo. La explosión del mercado de móviles en Japón introdujo el desperdicio del "usar y tirar" de hardware todavía válido, pero también introdujo la innovación a pasos agigantados (nosotros seguíamos felices con nuestros Motorolas mientras los japoneses ya hacían fotos, escribían e-mails y veían la tele en su móvil). Cualquier irrupción en el mercado, como lo fueron los smartphones, se puede cargar la mitad de tu negocio (Apple se comió la mitad del mercado en Japón, hasta entonces repartido entre compañías japonesas). Hay quien aborrece a Apple, pero quiere vender como Apple.
Los "gamers" occidentales (sobretodo los que trabajan en la industria del videojuego) llevan más de una década diciendo que las consolas mueren "el año que viene", y que el futuro de los videojuegos es el PC... (el 2017 seguro que ya es el fin... Ni PS4, ni Xbox One, ni Nintendo Switch ni historias) Cuando yo tenía un PC, cada año parece que me tenía que cambiar la tarjeta gráfica para jugar al juego que acababa de salir. Una PS3 dura 10 años, y los juegos no se verán super mega chachi guays, pero hay desarrolladores que intentan estrujar ese hardware al máximo para crear grandes juegos. A mi me gusta eso de las consolas, que no son tanto de usar y tirar como lo son los móviles o algunos laptops. Me gustaría que Apple fuera en esa dirección, pero no estoy muy convencido de que sea eso lo que la gente quiere. Cada mes, alguna publicación se quejaba de que Apple no renovaba su linea de MacBook Pros hacía años. Bueno, y qué? Mi MacBook Pro va de la muerte. Yo creo que lo podrían seguir vendiendo, y hoy en día valdría menos de $500.
Parece que todavía falta para el "crecimiento sostenible"...
Por aquel entonces en Barcelona lo que más se veía eran Motorolas, y algún Nokia con el Snake. Creo que el Casio ese me costó 10.000 yens (~85 euros), pero era muy normal conseguir terminales "gratis" (atados a un contrato de al menos de un año). Era sorprendente la cantidad de móviles que había y a la velocidad a la que sacaban nuevos modelos, con mp3, con sintonizador de televisión, etc.
Fomentaban el "reciclaje" para que te compraras un móvil nuevo cada año. Cuando llevé mis móviles a "reciclar", les hicieron un agujero con una máquina y fueron a una bolsa. Nunca me ha quedado claro qué hacen con ellos.
La cultura del usar y tirar es producto de la sociedad de consumo, el motor económico de la sociedad en la que vivimos. No es exclusivo de la tecnología. Si mi pareja me ve cosiendo un calcetín, me dice que no pierda el tiempo, que tire los calcetines y me compre otros. Y la verdad es que tiene razón. Pero hay cosas que me cuestan más de tirar: pantalones o camisetas antiguas que siguen como nuevas, los Blu-ray de Battle Star Galáctica, o el Amiga 600.
La cultura del usar y tirar creo que va un poco con la cultura de renovación del Japón. En Europa nos preocupa el conservar una iglesia o catedral intactas por los siglos de los siglos, pero en Japón si un templo de madera se desmorona, se vuelve a construir y pintar, y no pasa nada. Creo haber leído que dicha cultura es influencia de los terremotos que han sufrido y sufren en el archipiélago japonés. Así que quizá eso de tirar los móviles cada año "pega" más en Japón, pero en Europa es más bien un invento reciente. En Japón también existe la cultura del "mottainai" ("vaya desperdicio!"), de aprovechar las cosas, pero no es directamente incompatible con la cultura de la renovación.
Volviendo al tema de los móviles, cuando empezaron a llegar a Japón los "smartphones" fue una época de confusión para los usuarios. De repente, las operadoras de telefonía pasaron de pedir 0 yen por un móvil a pedir 50.000. No estaba tan claro que los usuarios se fueran a cambiar de móvil cada año a ese precio. Muchos se quedaron con sus "garakei" (móviles como el Casio de arriba, que se pliegan), algunos se pasaron a smartphone, y algunos hoy en día optan por soluciones híbridas: tener un "garakei" para llamar por teléfono, y un smartphone o tablet con WiFi para acceder a Internet.
Todas las compañías de hardware japonesas que ya hacían teléfonos se pasaron a smartphone, abandonando un sistema operativo real-time super estable nacido en Japón, el ITRON, y pasándose a un invento de occidente, Android. La incertidumbre y el precio hacían necesario algo más para cuajar: los "loyal customers". Los contratos para atarte a una compañía ya empezaban a ser de 2 años, y así te subvencionaban tu smartphone algo más. Pero Softbank hizo el mejor movimiento: introducir el iPhone en Japón. Creo que el primero fue el iPhone 4. Eso trajo a legiones de seguidores acérrimos, que ya puestos a comprar un smartphone, compraban un Apple porque "sabían" lo que estaban comprando.
Apple tenía la exclusividad con Softbank, así que los "leales" a otra compañías teníamos que comprar lo que nos ofrecieran. Con la salida del iPhone 4S y la pantalla retina, Sharp, por ejemplo, hizo casi un clon de ese teléfono, el Sharp IS03. Yo caí y fue mi primer smartphone. Este era mi teléfono antes de comprar el IS03, otro Casio (super resistentes!),
En un principio, me dejó buena impresión. Aquí está la review que hice entonces,
A los pocos meses descubrí la "estafa". Me gasté una pasta, y ahora estaba atado por dos años a un teléfono que se quedaba sin batería después de 3 fotos (mi Casio A5406 me podía durar una semana sin cargar, haciendo fotos y todo), y para el que a los 6 meses ya no habría ninguna actualización de software. Además, bloqueado y sin posibilidad de desbloquear, como era normal en Japón (ahí sigue en el armario...). En comparación, el iPhone 4S ha recibido updates hasta hace poco y mucha gente lo sigue usando. Los usuarios que lo siguen usando, se quejan de problemas de batería, pero después de unos años, no después de comprarlo, como el Sharp...
Pero Apple existe en la misma sociedad que el resto de compañías, y sabiendo que tienen una legión de seguidores, sus accionistas pueden intentar apretar al máximo para sacar más beneficio, i.e. sacar un nuevo móvil al año inflado de precio, y hacerte creer que lo necesitas. Esto lo quieren hacer todas las compañías, pero sólo se lo pueden permitir aquellas con suficiente volumen de fans (Sony, Apple, Samsung...)
Saltando al tema de ordenadores portátiles, que parece que es otro producto de "usar y tirar", mi primer laptop fue un Fujitsu Loox. Muy resistente pero el software al cabo de un par de años iba más lento que la carga de cassette de un Commodore 64. Después me compré el primer Intel Macbook. Nunca me había gustado el hardware de Apple (le tenía manía desde la época de Amiga), pero había estado usando un MacMini en la oficina y me enamoré de OS X (era como un Linux, pero más optimizado y fácil de usar), así que di el paso a Apple. Efectivamente mis sospechas eran fundadas y el hardware era una castaña. Pero me sorprendió lo bueno que era el soporte en la Apple Store (mis anteriores experiencias con Fujitsu y Microsoft habían sido: "nosotros los lavamos las manos, como Poncio Pilato"). Aún así, caí de nuevo y me pasé al primer MacBook Air (el más barato). Algo mejor, pero se calentaba más que una central nuclear. A finales del 2012 parece que di en el clavo con el MacBook Pro Retina. Todavía lo uso, es mi único ordenador, y espero que por lo menos me dure unos 4 años más. Las actualizaciones del sistema operativo no lo han hecho más lento (ya me he puesto el macOS Sierra), y los ventiladores sólo los habré escuchado en un par de ocasiones. En comparación, el Toshiba Dynabook de hace un par de años de mi pareja hace el mismo ruido que un avión cuando despega, el Windows 10 tarda varios minutos en arrancar, y para abrir Chrome necesita otro par de minutos. Cuando escribe algo, tiene que esperar unos segundos a que aparezca por pantalla, y, en fin, me hace perder la paciencia hasta a mi.
Ahora ha salido un nuevo MacBook Pro, y Apple se ha inventado la pijada del panel táctil sobre el teclado para inflar el precio, y satisfacer a accionistas y fans por igual. Yo la verdad es que ni he mirado las especificaciones de hardware porque ahora mismo no necesito ningún ordenador. Yo creo que Apple intenta hacer las cosas bien de vez en cuando, por eso muchos usuarios estamos satisfechos, y que a la vez se aprovechan de esa confianza ganada para "venderte la moto". Y a veces, se centran tanto en "vender la moto" que descuidan la calidad (hardware no tan bueno como esperabas, bugs en el software que se hubieran podido descubrir con un par de "unit tests" ...)
Queda el consuelo de que estamos en "mercado libre" y que hay más alternativas donde escoger. Pero la realidad es que sólo las grandes compañías se pueden permitir hacer grandes inversiones en desarrollo, y que esas grandes compañías, precisamente al mover tanto capital, tienen una presión del mercado enorme que las lleva a todas a intentar "meterte" su producto como sea. Apple, por la gran legión de fans, como he mencionado antes, quizá se puede "columpiar" más, pero también hay mucha gente que tiene a Apple de referente y la mira con ojo muy crítico.
El tema es complejo porque la culpa y las gracias son del capitalismo. La explosión del mercado de móviles en Japón introdujo el desperdicio del "usar y tirar" de hardware todavía válido, pero también introdujo la innovación a pasos agigantados (nosotros seguíamos felices con nuestros Motorolas mientras los japoneses ya hacían fotos, escribían e-mails y veían la tele en su móvil). Cualquier irrupción en el mercado, como lo fueron los smartphones, se puede cargar la mitad de tu negocio (Apple se comió la mitad del mercado en Japón, hasta entonces repartido entre compañías japonesas). Hay quien aborrece a Apple, pero quiere vender como Apple.
Los "gamers" occidentales (sobretodo los que trabajan en la industria del videojuego) llevan más de una década diciendo que las consolas mueren "el año que viene", y que el futuro de los videojuegos es el PC... (el 2017 seguro que ya es el fin... Ni PS4, ni Xbox One, ni Nintendo Switch ni historias) Cuando yo tenía un PC, cada año parece que me tenía que cambiar la tarjeta gráfica para jugar al juego que acababa de salir. Una PS3 dura 10 años, y los juegos no se verán super mega chachi guays, pero hay desarrolladores que intentan estrujar ese hardware al máximo para crear grandes juegos. A mi me gusta eso de las consolas, que no son tanto de usar y tirar como lo son los móviles o algunos laptops. Me gustaría que Apple fuera en esa dirección, pero no estoy muy convencido de que sea eso lo que la gente quiere. Cada mes, alguna publicación se quejaba de que Apple no renovaba su linea de MacBook Pros hacía años. Bueno, y qué? Mi MacBook Pro va de la muerte. Yo creo que lo podrían seguir vendiendo, y hoy en día valdría menos de $500.
Parece que todavía falta para el "crecimiento sostenible"...
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